Jun 5 2015
El crecimiento tras el trauma. La aportación de Viktor Frankl (1905-1997).
Los traumas y las crisis son parte de la realidad humana. Ésta realidad puede golpearnos de modo imprevisto ya que habitualmente no esperamos que sucedan estas experiencias, por lo que cuando nos ocurren, no estamos preparados para encararlas. Cada sufrimiento es vivenciado como un obstáculo, una delimitación de la vida, no nos alegramos con el sufrimiento, intentamos eludirlo, evitarlo, y con razón.
Lo que puede hacer tan difícil aceptar el trauma es la falta de sentido. La incomprensibilidad de tener que vivir una realidad tan injusta, sintiéndonos arrastrados a menudo por las circunstancias. La idea de tener un control parcial sobre el mundo, es golpeada de manera contundente.
Un trauma de esta magnitud es el que describe Viktor Frankl en su libro “El hombre en busca del sentido”. Describe los mecanismos del hecho traumático, las reacciones y los modos de afrontamiento desde una perspectiva que vitalista que representa el paradigma del resistente desde un modelo de psicología positiva.
Este psiquiatra austriaco pasó por 4 campos de concentración diferentes, en los cuales perdió a todos sus familiares. A pesar de vivir estas situaciones tan extremas no se quebró, por el contrario, incluso creció. Un sentido de tales experiencias puede permitir sacar algo positivo: puede permitir crecer personalmente, aprender de ellas, profundizar en uno mismo, madurar. Esos serían ejemplos de un sentido existencial del sufrimiento.
Frankl resalta la responsabilidad y la libertad de las personas incluso en condiciones de severo estrés y sostiene que la vida tiene sentido bajo cualquier condición.
Según este autor, la búsqueda del sentido de la vida es la esencia de la existencia, y este sentido, no se puede dar, cada quien lo ha de encontrar desde su individualidad irrepetible. No es necesario estar siempre preguntándonos cuál es el sentido de la vida, simplemente hay que ir enfrentándose con responsabilidad a los problemas que nos plantee la vida.
Para Frankl, una persona podría ser despojada de todo, excepto de la última libertad humana, la de poder elegir cómo hacer frente a su sufrimiento.
Finalmente, aunque Frankl entienda el sufrimiento de esta manera, considera que no se pueden minimizar sus causas y no se les puede dar la espalda. A veces sólo queda llorar, lo cual se puede entender como un acto heroico, ya que el que se atreve a llorar se atreve a sufrir.
Podemos ver una síntesis de las ideas de Frankl en la siguiente entrevista:
May 17 2016
La estimulación bilateral de los hemisferios cerebrales: un proceso de autocuración.
Las Terapias Neurocientíficas irrumpieron en el mundo de la psicoterapia en la década de los 80 con la aparición de la técnica más conocida, la estimulación bilateral interhemisferica cerebral y ha sido recientemente, en la primera década del siglo XXI, cuando se han ido popularizando.
En 1987, la psicóloga norteamericana, Francine Shapiro, observó por casualidad que los movimientos oculares en ciertas condiciones pueden reducir la intensidad de los pensamientos perturbantes. Esto fue el principio del desarrollo de este método terapéutico que utiliza la estimulación bilateral (visual, auditiva o kinestésica) para procesar recuerdos traumáticos, cambiar creencias autolimitantes y desensibilizar emociones y sensaciones negativas.
Trauma y estimulación bilateral interhemisferica.
Quizás la aplicación más ampliamente estudiada del uso de la estimulación bilateral de los hemisferios cerebrales es el procesamiento del trauma.
La palabra trauma deriva del griego y significa “herida”. El trauma es una “herida psicológica” que puede ser provocada por variadas situaciones. Normalmente cuando oímos hablar de traumas lo asociamos a problemas originados por grandes desastres naturales o guerras, accidentes, abusos, etc. Pero también existe otra categoría de traumas cuyo origen está relacionado con hechos, aparentemente, de menor importancia. Como por ejemplo: desprotección, humillación, cambio de roles en la familia, etc.
Sin embargo, la importancia de las causas del trauma no determina la calidad del daño que éste produce, porque sus efectos dependerán de cada persona, de su historia y entorno afectivo, del momento en que se haya producido y de su reiteración a lo largo del tiempo. El trauma, no importa su origen, afecta de tal manera la salud, la seguridad y el bienestar de la persona, que ésta puede llegar a desarrollar creencias falsas y destructivas de sí misma y del mundo.
El proceso de estimulación bilateral.
Parece que cuando vivimos una situación traumática, el trauma queda encerrado en nuestro sistema nervioso con todo aquello que experimentamos en aquella situación. La estimulación bilateral permite al cerebro reprocesar toda aquella información de una forma más adecuada. Es el propio cerebro el que se encarga del proceso de curación de estas heridas emocionales, de manera que aprovecha todos sus recursos para activar el proceso de curación.
La estimulación bilateral trabaja emulando los movimientos rápidos de los ojos que se producen durante la fase REM del sueño. Cada noche cuando dormimos entramos en una fase de sueño profundo (la fase REM) en la cual movemos los ojos a gran velocidad mientras soñamos. Este mecanismo es totalmente natural y es una manera que tiene el cerebro de reprocesar, reducir e incluso eliminar el estrés vivido a lo largo del día o en otros momentos de nuestras vidas. De ahí uno de los beneficios de poder dormir correctamente.
Basándose en estos conocimientos, el terapeuta aplica la estimulación bilateral que puede ser visual, auditiva o kinestésica para procesar recuerdos traumáticos. Al estar pensando en un suceso perturbador o estresante al mismo tiempo que se estimulan los hemisferios, la amígdala se activa de una manera que produce una reducción del estrés, lo cual puede hacer que la emoción negativa se transforme en otra positiva, como por ejemplo en tranquilidad o en aceptación.
By Magda Del Pilar • Terapia Individual • • Tags: estimulación bilateral, trauma