Abr 23 2018
Regálate una Rosa y un Libro para Sant Jordi
Hay días que cuando abres lo ojos por la mañana ya sé que serán especiales. Y el día 23 de abril , Sant Jordi, en Cataluña es uno de ellos.
Salgo de casa emocionada dirección al colegio de mis hijos y veo como se van llenando las calles de colores; de paradas de rosas y de libros.
Me gusta caminar rápido, pero un día como éste, mis pies no quieren correr, quiero disfrutar lentamente de lo que veo, llenarme de sensaciones. Cada pocos metros veo rosas de todos los colores y libro para todos los gustos y me paro en cada una de ellas.
Me apasiona leer libros físicos y un día como hoy que se convierte en protagonista junto a la dulce Rosa, es un placer. Y sentir que es una emoción compartida hace que mi alegría aumente.
Cada año me encanta regalar a mi pareja e hijos una rosa y un libro.
Y para mí también lo hago.
No esperes a que te regalen algo que deseas, si lo quieres es una oportunidad de cuidarte, mimarte. Regálate una Rosa y un libro.
Este ha sido mi autoregalo.
Me gusta elegir Rosas que tengan algún sentido para mi. Y este año la he adquirido en una parada que la han creado jovenes del Esplai del barrio.
(reflexión que gratamente me he encontrado mientras paseaba)
Eva Aguilar
Psicologa sanitaria, psicoterapeuta y Terapeuta Sexual
Abr 24 2018
¿Placer o deber?
Muchas veces nos encontramos ante dilemas que nos enfrentan por una parte con nuestros deberes y por otra con nuestros deseos. Es importante tomar consciencia de este dilema interno e intentar siempre equilibrarlo.
El placer.
Es típico de los animales y humanos buscar el placer y huir de dolor. Forma parte de nuestra naturaleza primaria movernos hacia aquello que nos complace, y alejarnos o escapar, cuando las cosas se tornan incómodas, complicadas o tensas.
La infancia suele ser una etapa de nuestra vida caracteriza por movernos desde el polo del deseo, los deberes, en cambio es algo vamos adquiriendo a medida que vamos madurando y que vamos asumiendo responsabilidades de manera progresiva y natural.
El deber.
A medida que maduramos, habitualmente vamos relegando a un segundo plano nuestros deseos, en la medida que éstos se contraponen a nuestros deberes: el deber es lo primero, el placer después. Así, vamos dejando de manifestar nuestras necesidades, instintos o deseos.
El punto de equilibrio.
Cuando los dos polos de placer-deber entran en conflicto de forma clara, podemos llegar a sentir un malestar elevado. Esto es una señal de alarma que nos indica que debemos hacer lo posible por integrar los dos polos y por buscar un punto intermedio entre el placer y el deber que nos sea cómodo. Es importante escucharnos para discernir qué deseo o necesidad estamos ignorando, puede que de una manera tan continuada que nos cueste identificarla.
Aunque resulta difícil avanzar y superarse sin realizar esfuerzos, sin cumplir con deberes y responsabilidades, es importante dejar siempre un espacio a nuestros deseos, a nuestro placer. Para algunas personas, es una tendencia buscar el placer de manera compulsiva. Para otros, el deber está primero, y se centran en éste de manera rígida. Sin embargo, es en el equilibrio de disfrutar el placer y cumplir el deber, donde reside la vida satisfactoria.
By Magda Del Pilar • Terapia Individual • Tags: deber, placer