Jun 17 2019
Aprender a parar el sufrimiento.
Para ejemplificar la importancia de saber conectar con nuestro sufrimiento y emociones, y especialmente, aprender a poder ponerle un límite, adoptando una actitud responsable y determinante ante las dificultades que se presentan, me gustaría presentaros la siguiente historia:
“María era una muchacha occidental, que estaba en plena crisis. No le gustaba su vida ni se gustaba a si misma. Un día unos amigos le hablaron de un maestro zen, que había instalado un monasterio, donde impartir sus enseñanzas, en un lugar no demasiado lejano a su ciudad. En su desesperación, María dejó su trabajo, realquiló su apartamento y dirigió sus pasos hacia el famoso monasterio, decidida a que el maestro zen la aceptara como discípula.
El monasterio se hallaba en lo alto de una colina. Su acceso no era difícil pero no se podía llegar más que a pie, tras una larga caminata. Las vistas que se disfrutaban desde allí eran preciosas e invitaban a la paz y a la serenidad. Después de una larga espera, el maestro zen la recibió. Escuchó con atención los motivos que empujaban a María a querer iniciar un proyecto tan largo y complejo como la maestría en el arte que el enseñaba. Tras unos minutos de reflexión, alzó su mirada, la fijo en la muchacha y decidió dar su consentimiento a su formación en el monasterio.
-Te espero mañana a las 6 para iniciar tus primeras lecciones – le dijo el Maestro –
María no cabía de gozo. Le enseñaron su celda. Un espacio sencillo, compuesto por una cama, una mesilla y una estantería donde dejar sus pocas pertenencias. Al sentarse sobre el lecho, se dio cuenta de lo cansada que estaba. Se estiró y se quedó dormida, feliz de estar dando un giro a su vida.
A las 6 de la mañana, se presentó ante el Maestro para que le diera las primeras instrucciones. Este le entregó una serie de tareas domésticas a realizar. María no se extrañó de que su primer paso no tuviera nada que ver con la práctica de la meditación o con el yoga. No dejaba de ser una occidental que había crecido viendo películas como “Karate Kid”, donde eso sucedía como parte del proceso. Así que con todo el entusiasmo del que era capaz, se puso a limpiar aquello que le habían ordenado, poniendo conciencia en cómo realizaba las tareas para poder explicárselo al Maestro al finalizar la jornada.
A media tarde, el Maestro la llamó. Escuchó cuidadosamente qué y cómo había realizado sus encargos. Asentía complacido ante sus explicaciones y María se fue tranquilizando ante la ratificación de que había hecho las cosas correctamente. Cuando acabó su relato, el Maestro se levantó y se acercó a ella y cuando estuvo cerca, levantó su vara y le dio un fuerte golpe en la espalda. María no entendía nada de lo que estaba sucediendo. No veía correlación entre sus acciones y el comportamiento del Maestro. Él tampoco le comentó nada. Sólo le ordenó que se retirara, eso sí, citándola al día siguiente, a las 6 de la mañana, para continuar con su instrucción.
Al día siguiente, 6 de la mañana, María estaba allí, de nuevo impaciente. El Maestro le indicó sus tareas (otra vez, domésticas) y ella volvió a poner todo su afán en hacerlas bien. Por la tarde, el Maestro la llamó de nuevo. Ella le comentó cómo había ido el día y qué cosas había corregido con respecto cómo lo había hecho la jornada anterior. El Maestro sonreía y asentía reiteradamente. Cuando ella cesó su relato, el Maestro se alzó, se aproximó y, sin previo aviso, levantó su vara y le propinó un fuerte golpe en la espalda. María no salía de su asombro. No comprendía nada. Lo sentía totalmente injusto.
Y así pasó un día, dos días, tres días, un mes, dos meses, tres meses, un año, dos años, tres años. Y al tercer día, del tercer mes, del tercer año, a media tarde se repitió la escena: María le explica al Maestro cómo ha sido su jornada. El Maestro se levanta, se aproxima y cuando está cerca, alza su vara. Sin embargo, ese día María, sin pensarlo, eleva su mano e impide que la vara golpee su espalda. El Maestro vuelve a su asiento.
-María, por fin, has completado tu formación – le dice, sonriente
– ¿Cómo? – contesta sorprendida de nuevo
-Has aprendido lo único indispensable para poder vivir con coraje, serenidad, flexibilidad y humildad la vida. Has aprendido a parar el sufrimiento. Ve y vive con dignidad lo que te depares a ti misma.
María, en ese instante, entendió que los golpes del Maestro eran los golpes de la vida y que sólo su entereza y decisión harían que se viera capaz de hacerse responsable de si misma. Así, que recogió sus pocas pertenencias y cruzó las puertas del monasterio hacia el inicio de un nuevo camino en su existencia”
(Adaptación de Maria José Pubill )
Jun 19 2019
ESTE SOY YO- This is me
Navegando por la red me he encontrado con esta cancion de Alan Walker Relift.
Esta dedicada a las personas que son discriminadas por su físico. Cuánto sufrimiento cuando vives en un cuerpo que no encaja en lo normativo. Pero lo que falla no es el cuerpo, sino la sociedad que necesita inculcar que hay un cuerpo correcto y encajable y el resto no lo es. ¿por qué ? ¿para que le sirve a la sociedad enseñar de todos los modos posibles que hay formas buenas y formas malas?. ¿para conseguir tranquilidad? , ¿para no tener que cuestionarnos?; Vamos de generación en generación perpetuando este “valor”, y no importa si es tu hij@, tu herman@… lo primero es cumplir las reglas , las normas, las costumbres para que encajes , para estar tranquil@s . Sin pensar en el sufrimiento individual, el trauma que supone sentirse rechazad@, discriminad@, “sentirse rar@”. Una paciente en terapia me comentaba que una de las frases que más impacto ha tenido en ella , se la decía su madre ” no te querrá nadie” , sigue arrastrándola años después (veinte años ), como un olor que se ha quedado impregnado en todo su cuerpo, una cicatriz que ha afectado su forma de relacionarse con los demás, con ella . . Pero lo que fallaba en esto en ABSOLUTO ERA ELLA, era que su madre no estaba preparada para valorar y disfrutar de la diferencia.
Una pera es muy diferente de una manzana. ¿Y QUÉ? Ambas enriquecen el mundo de las frutas.
En vez de adaptar las personas a las reglas deberíamos adaptar las reglas a las persona . Cada un@ de nosotr@s puede aportar algo a esta norma para que lo NORMAL SEA QUE TOD@S SOMOS DIFERENTES, RESPETABLES.
This Is Me
I am not a stranger to the dark
Hide away, they say
‘Cause we don’t want your broken parts
I’ve learned to be ashamed of all my scars
Run away, they say
No one’ll love you as you are
But I won’t let them break me down to dust
I know that there’s a place for us
For we are glorious
When the sharpest words wanna cut me down
I’m gonna send a flood, gonna drown ’em out
I am brave, I am bruised
I am who I’m meant to be, this is me
Look out ’cause here I come
And I’m marching on to the beat I drum
I’m not scared to be seen
I make no apologies, this is me
Another round of bullets hits my skin
Well, fire away ’cause today, I won’t let the shame sink in
We are bursting through the barricades and
Reaching for the sun (we are warriors)
Yeah, that’s what we’ve become (yeah, that’s what we’ve become)
I won’t let them break me down to dust
I know that there’s a place for us
For we are glorious
When the sharpest words wanna cut me down
I’m gonna send a flood, gonna drown ’em out
I am brave, I am bruised
I am who I’m meant to be, this is me
Look out ’cause here I come
And I’m marching on to the beat I drum
I’m not scared to be seen
I make no apologies, this is me
This is me
When the sharpest words wanna cut me down
I’m gonna send a flood, gonna drown ’em out
This is brave, this is bruised
This is who I’m meant to be, this is me
Look out ’cause here I come (look out ’cause here I come)
And I’m marching on to the beat I drum
(Marching on, marching, marching on)
I’m not scared to be seen
I make no apologies, this is me
When the sharpest words wanna cut me down
I’m gonna send a flood, gonna drown them out
I’m gonna send a flood
Gonna drown them out
This is me
Este Soy Yo
La oscuridad no es una desconocida para mí
Escóndete, me dicen
Pues no queremos tus partes rotas
Aprendí a avergonzarme de todas mis cicatrices
Huye, me dicen
Nadie te querrá cómo eres
Pero no dejaré que me tiren al polvo
Sé que hay un lugar para nosotros
Pues somos gloriosos
Cuando las palabras afiladas quieran cortarme
Les enviaré un diluvio, las ahogaré a todas
Soy valiente, estoy herido
Soy quién debo ser, este soy yo
Cuidado pues aquí vengo
Y voy marchando al ritmo de mis propios tambores
No tengo miedo de ser visto
No me disculpo, este soy yo
Otra ronda de balas golpean mi piel
Pues bien, disparen, porque hoy no dejaré que la vergüenza me hunda
Estamos estallando a través de las barricadas y
Alcanzando el sol (somos guerreros)
Sí, eso es en lo que nos convertimos (sí, eso es en lo que nos convertimos)
No dejaré que me tiren al polvo
Sé que hay un lugar para nosotros
Pues somos gloriosos
Cuando las palabras afiladas quieran cortarme
Enviaré un diluvio, las ahogare a todas
Soy valiente, estoy herido
Soy quién debo ser, este soy yo
Cuidado, pues aquí vengo
Y voy marchando al ritmo de mis propios tambores
No tengo miedo de ser visto
No me disculpo, este soy yo
Este soy yo
Cuando las palabras afiladas quieran cortarme
Enviare un diluvio, las ahogare a todas
Esto es ser valiente, esta es la evidencia
Este es lo que debo ser, este soy yo
Cuidado, pues aquí vengo (cuidado, pues aquí vengo)
Y voy marchando al ritmo de mis propios tambores
(Marchando, marchando, marchando)
No tengo miedo de ser visto
No me disculpo, este soy yo
Cuando las palabras quieran cortarme
Les enviaré un diluvio para ahogarlas
Les enviaré un diluvio
Para ahogarlas
Este soy yo
Eva Aguilar
psicologa sanitaria, psicoterapeuta y terapeuta sexual
By Eva Aguilar • Terapia Individual