Como estamos en un momento complicado, hay varias tendencias de afrontamiento que se han puesto de moda. La cuestión no es lo que nos dan a entender, que puede ser cierto y realmente bueno, si no lo que entendemos de ello o algunos nos pueden hacer entender. A menudo nos refuerzan en que ‘querer es poder’ y hemos de ser sinceros: no es cierto. O por lo menos no en conjunto. Nos refuerzan para no rendirnos, seguir siempre adelante hipermotivados y no dar importancia a los sentimientos negativos. Como comentamos siempre, todos los sentimientos son importantes y necesarios, la frustración también.

Cuando algo no ha podido ser o no ha salido como esperábamos tenemos rabia y tristeza y a menudo podemos sentir desánimo. Es parte de la vida. Ante la decepción, lo más útil no es ignorarlo y seguir adelante, sino pararse y respirar. Intentar consolarse, reflexionar y buscar dónde pueden haber estado los errores.
A veces las cosas que no pueden ser nos enseñan importantes lecciones sobre nosotros mismos. Tener demasiado miedo y no atreverse a emprender un proyecto de vida daña la autoestima, pero no aceptar las propias limitaciones también lo hace. Creer en uno mismo no supone tener que pensar que somos invencibles y si no somos un fracaso, es encontrar el equilibrio de lo que somos y lo que no.

La aceptación auténtica de uno mismo no es intentar estar ‘a tope’ para demostrarnos (o quizá demostrar a los demás) que podemos con todo, sino encontrar lo que realmente nos llena e intentar hacerlo lo mejor que podamos. Lo que podamos de verdad, sin ponernos en riesgo y sabiendo donde está el límite.
Abr 13 2016
El fracaso también es necesario
Como estamos en un momento complicado, hay varias tendencias de afrontamiento que se han puesto de moda. La cuestión no es lo que nos dan a entender, que puede ser cierto y realmente bueno, si no lo que entendemos de ello o algunos nos pueden hacer entender. A menudo nos refuerzan en que ‘querer es poder’ y hemos de ser sinceros: no es cierto. O por lo menos no en conjunto. Nos refuerzan para no rendirnos, seguir siempre adelante hipermotivados y no dar importancia a los sentimientos negativos. Como comentamos siempre, todos los sentimientos son importantes y necesarios, la frustración también.
Cuando algo no ha podido ser o no ha salido como esperábamos tenemos rabia y tristeza y a menudo podemos sentir desánimo. Es parte de la vida. Ante la decepción, lo más útil no es ignorarlo y seguir adelante, sino pararse y respirar. Intentar consolarse, reflexionar y buscar dónde pueden haber estado los errores.
A veces las cosas que no pueden ser nos enseñan importantes lecciones sobre nosotros mismos. Tener demasiado miedo y no atreverse a emprender un proyecto de vida daña la autoestima, pero no aceptar las propias limitaciones también lo hace. Creer en uno mismo no supone tener que pensar que somos invencibles y si no somos un fracaso, es encontrar el equilibrio de lo que somos y lo que no.
La aceptación auténtica de uno mismo no es intentar estar ‘a tope’ para demostrarnos (o quizá demostrar a los demás) que podemos con todo, sino encontrar lo que realmente nos llena e intentar hacerlo lo mejor que podamos. Lo que podamos de verdad, sin ponernos en riesgo y sabiendo donde está el límite.
By Silvia Rodriguez • Terapia Individual • Tags: aceptar, autoestima, Inteligencia Emocional, superación