Mar 2 2016
Abraza mientras puedan responderte
Estamos acostumbrados a ver abrazos de película en los que las dos almas llegan a tocarse. Será porque las dos almas, se toquen o no, siguen en esos cuerpos.
Pero, ¿qué pasa cuando dejamos un abrazo pendiente? O lo que es peor, ¿qué sucede cuando perdemos la oportunidad de hacerlo?
Hace unos días, por culpa de lo que le estamos haciendo a otros humanos de más al este, vi a un padre abrazar a sus dos hijos sin vida. Él ponía todo su empeño, como si al apretarlos contra su pecho pudiera devolverles la vida.
Pero no.
No hubo respuesta.
Me pregunto si hubiera sido peor o mejor que ese hombre no hubiera podido abrazarles de nuevo.
Abraza mientras tengas oportunidad. El amor latente tiene poco hueco en nuestro cuerpo. ¡Es muy grande! Quizá no podamos sostener tantos abrazos dentro y consigamos el efecto contrario: dejarlos pasar.
Quizá nos acostumbramos a guardar ese amor tan apretadito y calentito, que luego no quiera salir. Aún a riesgo de que no te devuelvan el abrazo, permítete expresarlo a través [también] de tu cuerpo.
Agradecimiento, perdón o simplemente cariño.
Un abrazo siempre es un abrazo.
Y nuestro cuerpo necesita sentir que puede dar y recibir amor.
Abraza mientras puedan abrazarte.
Aunque no sepas si van a responderte.
Abr 9 2016
¿Soportas o toleras?
Soportar es uno de los malestares más claros a nivel corporal.
Cuando soportamos un peso, una carga física, durante mucho tiempo, acabamos por dejarlo en el suelo o en el peor – ¡o mejor!- de los casos, lo tiramos contra él; deshaciéndonos así de la carga y de la molestia que nos suponía de un porrazo.
Cuando esta carga es física, se hace más evidente nuestro malestar. Podemos decir: “tengo un peso enorme en los brazos, en la espalda o me duelen las manos de aguantar esto”.
Aguantar y soportar con primos hermanos.
Igual que no podríamos aguantar un peso de 100Kg en nuestra espalda durante mucho tiempo, debemos identificar qué carga emocional estamos aguantando y cuánto tiempo hace que soportamos ese peso.
“No lo entiendo pero lo soporto”.
Cada vez que decimos esta frase estamos cargando más peso a nuestro cuerpo.
El secreto está en TOLERAR.
Tolerar implica descargar ese peso en el suelo, guardarlo en el armario e incluso compartir el peso con el otro.
Muchas relaciones, ya sean de pareja, de amistad o familiares, bromean con aquello de: “no lo soporto, pero lo aguanto porque le quiero”.
Bien, la clave está en entender:
1. ¿Cuás es nuestra carga?
2. ¿Qué parte de esa carga he cogido yo y qué parte pertenece al otro?
3. Tratar esa carga emocional como si fuera física e intentar deshacernos de su peso.
En el momento en que toleremos esa carga, pasaremos de 100Kg a 100g. ¡O a ninguno!
Es importante sentir la diferencia entre soportar y tolerar. ‘Soportar’ es una carga en sí misma. Una carga muy negativa.
By Marta Martí • Terapia Corporal