“Érase una vez una gran maestra ala que un aprendiz acusaba de charlatanería. Ante tales acusaciones, la gran maestra, como única respuesta, rebusco en sus bolsillos y saco una bolsita de tela de la cual extrajo una piedra preciosa. Entregándosela al aprendiz, le dijo : “Ve a aquellos bazares y pide que te ofrezcan cien monedas de oro por ella”. El aprendiz fue a los bazares y, enseñando la piedra preciosa, pidió que le dieran cines monedas de oro por ella. Los comerciantes se rieron ante tal osadía. El aprendiz regreso junto a la gran maestra y le relato lo que había sucedido. La gran maestra le comento: “Ahora ve aquella joyería de la esquina y muestra la piedra”. El aprendiz fue y, al enseñársela al joyero, este, sin darle tiempo a nada, le ofreció cien monedas de oro.
El muchacho no salía de su asombro. Regreso. Regreso rápidamente al lado de la gran maestra para decirle que ella tenía razón: alguien le había ofrecido cien monedas de oro por la piedra. La gran maestra le respondió: ” Para poder apreciar una piedra preciosa, hay que ser joyero. Sólo cuando seas un joyero podrás apreciar mis palabras”.
…”Hallar esta metáfora me ha ayudado a explicar a muchos, incluida yo misma, que por más “DIAMANTE EXTRAORDINARIO” que uno sea, se necesita un joyero experto que lo reconozca…Los demás, los no joyeros, pueden llegar a pensar que eres una circonita de la buena, pero nada más. No te conformes con una o varias tasaciones, llévate a un joyero experto. PERO ANTE TODO : CONVIERTETE EN ESE JOYERO EXPERTO E INDEPENDIZATE DE LA OPINIÓN DE LOS OTROS”.
Rosetta Forner
Alejandra C. Rodríguez
Ene 16 2013
DESCUBRE LA JOYA QUE ERES…
By Dendros • Terapia Individual • Tags: Cuentos