Jul 11 2018
El cuento de corazón de cebolla.
A menudo, los mensajes invalidantes que nos van transmitiendo, las heridas, las decepciones, las pérdidas, van provocando que vayamos guardando el dolor en nuestro interior, y con él nuestros recursos y esperanzas. A menudo estos mensajes van generando emociones prohibidas que vamos acumulando y se va generando una barrera que no nos permite conectar con nuestras emociones más auténticas.
Para poder profundizar en esta idea me gustaría compartir el siguiente cuento, corazón de cebolla:
“Había una vez un huerto lleno de hortalizas, árboles frutales y toda clase de plantas. Como todos los huertos, tenía mucha frescura y agrado. Por eso daba gusto sentarse a la sombra de cualquier árbol a contemplar todo aquel verdor y a escuchar el canto de los pájaros.
Pero de pronto, un buen día empezaron a nacer unas cebollas especiales. Cada una tenía un color diferente: rojo, amarillo, naranja, morado… El caso es que los colores eran irisados, deslumbradores, centelleantes, como el color de una sonrisa o el color de un bonito recuerdo.
Después de sesudas investigaciones sobre la causa de aquel misterioso resplandor, resultó que cada cebolla tenía dentro, en el mismo corazón, porque también las cebollas tienen su propio corazón, un piedra preciosa. Esta tenía un topacio, la otra una aguamarina, aquella un lapislázuli, la de más allá una esmeralda … ¡Una verdadera maravilla!
Pero, por una incomprensible razón, se empezó a decir que aquello era peligroso, intolerante, inadecuado y hasta vergonzoso. Total, que las bellísimas cebollas tuvieron que empezar a esconder su piedra preciosa e íntima con capas y más capas, cada vez más oscuras y feas, para disimular cómo eran por dentro. Hasta que empezaron a convertirse en unas cebollas de lo más vulgar.
Pasó entonces por allí un sabio, que gustaba sentarse a la sombra del huerto y sabía tanto que entendía el lenguaje de las cebollas, y empezó a preguntarles una por una:
– “¿Por qué no eres como eres por dentro?”
Y ellas le iban respondiendo:
– “Me obligaron a ser así… me fueron poniendo capas… incluso yo me puse algunas para que no me dijeran nada.”
Algunas cebollas tenían hasta diez capas, y ya ni se acordaban de por qué se pusieron las primeras capas. Y al final el sabio se echó a llorar. Y cuando la gente lo vio llorando, pensó que llorar ante las cebollas era propio de personas muy inteligentes. Por eso todo el mundo sigue llorando cuando una cebolla nos abre su corazón. Y así será hasta el fin del mundo.”
En psicoterapia intentamos trabajar para que la persona a su ritmo pueda ir quitándose cómodamente todas esas capas hasta ser capaz de mostrar sin miedo su verdadera esencia.
Jul 8 2020
Corto sobre la dicotomía placer-deber
Muchas veces nos encontramos ante dilemas que nos enfrentan, por una parte, con nuestros deberes, y por otra, con nuestros deseos. Es importante tomar consciencia de este dilema interno e intentar equilibrarlo siempre.
Es típico de los animales y humanos buscar el placer y huir de dolor. Forma parte de nuestra naturaleza primaria movernos hacia aquello que nos complace, y alejarnos o escapar, cuando las cosas se tornan incómodas, complicadas o tensas.
A medida que maduramos, habitualmente vamos relegando a un segundo plano nuestros deseos, en la medida que éstos se contraponen a nuestros deberes: el deber es lo primero, el placer después. Así, vamos dejando de manifestar nuestras necesidades, instintos o deseos.
Cuando los dos polos de placer-deber entran en conflicto de forma clara, podemos llegar a sentir un malestar elevado. Esto es una señal de alarma que nos indica que debemos hacer lo posible por integrar los dos polos y por buscar un punto intermedio entre el placer y el deber que nos sea cómodo.
Utilizando las metáfora de la cabeza-corazón o la razón- emoción, el siguiente corto de animación, cabeza o corazón de Ivan Ruiz, nos invita a reflexionar sobre la importancia de no regirnos solamente por el polo del deber, la importancia de superar las barreras que nos impone el miedo y las anticipaciones catastróficas, y la necesidad de conectarnos más con las sensaciones placenteras que nos producen ciertas situaciones aquí y ahora.
By Magda Del Pilar • Inteligencia Emocional, Sin categoría • Tags: Inteligencia Emocional