¿Somos conscientes que los pensamientos negativos nos perjudican y son responsables de nuestras emociones y comportamientos?
A veces no somos plenamente conscientes de la importancia que tiene el pensamiento, tendemos a creer que como nos sentimos está relacionado con lo que nos ocurre o como somos, cuando la realidad es muy distinta, sentimos como pensamos.
Los pensamientos automáticos, irracionales y negativos son aquellos que aparecen de repente, son conocidos, nos hemos acostumbrado a ellos por lo que no los cuestionamos, los damos como buenos, como válidos cuando se presentan en nuestra mente. Y muchas veces son esos pensamientos los que hacen que nos sintamos mal, pero no nos damos cuenta, no somos conscientes, porque los interpretamos como la realidad.

Los hechos no son los responsables de nuestros diferentes estados emocionales, de cómo nos sentimos, si no el cómo los interpretamos, la lectura que hacemos de esos hechos. Por tanto, es importante tener en cuenta que la mente es muy buena en distorsionar lo que nos ocurre, dándole mayor importancia o exagerando las situaciones y por consiguiente nos aumenta nuestro malestar.
¿Qué son las distorsiones cognitivas?
Son formas erróneas que tenemos de procesar la información; son engaños que nos creemos y de los que estamos completamente convencidos. ”Distorsionar” la realidad, lo que pensamos acerca de nosotros, de nuestro futuro y lo que nos rodea. Como dice el título del artículo, al final es cierto que “sentimos como pensamos”.
Todos podemos presentar en algún momento algún tipo de distorsión cognitiva, lo importante es saber detectarlas y analizarlas, para poder desarrollar actitudes más positivas y ajustadas a la realidad.

Algunas de las distorsiones cognitivas más comunes son las siguientes:
– Pensamiento polarizado: cuando valoramos los acontecimientos de forma extrema, en categorías opuestas, y no se contemplan aspectos intermedios. Ver las cosas como blanco o negro, todo o nada, siempre o nunca, bueno o malo, etc.
– Filtraje o abstracción selectiva: Valoración de un hecho o experiencia a partir de un solo elemento ignorando los otros. El enfoque es solo en ciertos aspectos de la situación, normalmente negativos.
– Sobregeneralización: tiene que ver también con el pensamiento de todo o nada. Es la tendencia a creer que si ha ocurrido alguna vez, ocurrirá siempre.
– Razonamiento emocional: cuando se formulan argumentos basados en cómo nos sentimos y no en la realidad. Guiar las creencias de la realidad en función de las emociones negativas sentidas.
– Exigencias excesivas; “debería de”, “tengo que”: creencias rígidas e inflexibles de cómo debería ser uno o los demás. Suelen generar emociones negativas, las exigencias centradas en uno mismo favorece la autocrítica, y la dirigida hacia los demás fomenta que aparezca rabia, ira, agresividad y resentimiento.
– Inferencia arbitraria: cuando se llega a una conclusión sin evidencias o incluso con evidencias contrarias. Encontramos dos tipos:
-Adivinación del pensamiento o Lectura de la mente: creer saber lo que piensan los demás y por qué se comportan de la forma que lo hacen.
-Predicción del futuro: anticiparse sin evidencia de algún acontecimiento futuro. Esperar que las cosas salgan mal sin que haya la posibilidad de que sean positivas o neutras.
– Descalificar lo positivo: cuando se niegan los hechos positivos o se reducen su importancia.
– …
Una película en la que aparecen distorsiones cognitivas como el pensamiento polarizado, inferencia arbitraria, sobregeneralización,…, es American History X.


A menudo buscamos el porqué de nuestro malestar y nos olvidamos de lo que realmente nos provoca ese malestar, que no es más que nuestra actitud, nuestros propios pensamientos negativos que utilizamos para enfrentarnos a la vida.
Uno de los primeros pasos para modificar nuestra actitud, esos pensamientos negativos, es el que he mencionado con anterioridad, detectar y analizar nuestras distorsiones, para tomar conciencia que la forma en que percibimos el mundo es solo una de las muchas posibles y no tiene por qué ser la nuestra la única correcta. Aprender a flexibilizar, a buscar otras alternativas, estar abiertos a cuestionarnos, no utilizar las mismas herramientas o reglas para todas las situaciones sino plantearnos métodos diferentes o alternativos.
Las personas que tienen demasiadas distorsiones cognitivas es porque las han aprendido en el pasado y han acabado generalizando esa forma de pensar al resto de su vida, aunque éstas fueron necesarias e útiles en su momento para poder regularnos emocionalmente, hoy esos pensamientos pueden estar generando un malestar continuo y excesivo.

Si te encuentras en esta situación y necesitas un cambio puedes ponerte en contacto con nosotros a través del siguiente formulario.
Maig 9 2016
¿Cómo fomentar una convivencia familiar positiva?
El pasado viernes 29 de abril de 2016 colaboramos con la Fundación Catalunya la Pedrera dentro del proyecto REMS (Reforzar y Estimular la Memoria y la Salud de Personas con Demencia) en un taller para los familiares.
Con el título ¿Cómo fomentar una convivencia familiar positiva?
Convivir en una familia conlleva relacionarse constantemente. Las relaciones no siempre son fáciles y si la persona tiene deterioro cognitivo puede dificultar aun más la comunicación.
Es posible aprender habilidades de comunicación, estrategias para procurar una convivencia pacífica basada en el respeto. Entre las habilidades a practicar están la gestión de conflictos, empatía, asertividad, resolución de problemas, hablar en positivo…. y como resultado hacer que los miembros de la familia se sientan bien, tranquilos y que la relación entre ellos sea más fluida.
Estuvimos durante dos horas realizando diferentes dinámicas para que los asistentes pudieran sentir, y entender algunos de los procesos que surgen en la interacción. También practicamos algunos ejercicios para conseguir una comunicación más positiva.
Un anciano aunque tenga problemas de memoria , es ante todo una PERSONA. Si nuestra relación con ellos es pacifica, amorosa y respetuosa puede repercutir en positivo en ambos. Aunque en un periodo de tiempo breve no se acuerden de lo que se ha hablado, su estado emocional puede mantenerse durante algo más de tiempo.
Entre los temas que se trabajaron os queremos exponer unas pinceladas:
"Me haces sentir cabreado/a, excitada/o, feliz”…. Por “Me siento tensa/o cuando me tocas con manos frías”
“Eres un desconsiderado cuando no me llamas”… por “siento miedo cuando han pasado una hora y no sé de ti “
No es lo mismo practicar una Escucha de Bar que una Escucha Activa. Ninguna es mala, lo que cambian son los objetivos de ambas. La primera la meta es conseguir mantener redes de conexión, exponer cada uno sus pensamientos, decisiones…. Y en diferentes momentos se irán intercambiando el papel de narrador y oyente. Cuando uno habla, al otro se le activan ideas, recuerdos, posibles consejos, soluciones… y a la mínima que pueda cortará la conversación del otro y empezará a hablar él/ella.
En la Escucha Activa el objetivo es que la persona que necesita hablar pueda exponer su narración, sin ser juzgado, sin que le den soluciones, sin que l e interrumpan….
Puede ser que el anciano/a con demencia esté “viviendo ” una situación que en ese momento no sea real (Por ejemplo que al escuchar una canción diga “me acabo de enterar que se ha muerto mi madre“, y esto pasara realmente hace años). Pero para él o ella en ese momento es SU REALIDAD. Y su emoción irá en coherencia con ella y lo que explique también.
Aspectos a tener en cuenta si queremos hacer una escucha activa:
La valoración que hicieron las 20 personas fue muy positiva, argumentando que les fue muy útil para empezar a relacionarse con el familiar de una forma diferente
Si quieres saber más sobre el proyecto REMS, sigue el siguiente enlace
By Eva Aguilar • Noticias, Terapia Familiar • Tags: proceso, psicología positiva, Recursos, sentimientos