Nos referimos a la sensación de vacío profunda o pérdida de sentido vital, cuando tienes la sensación que ya nada te llena especialmente y no sientes la motivación por prácticamente ninguna actividad cotidiana. Esta sensación de vacío es a la que Frankl llamó “vacío existencial”.

Según Viktor Frankl (2003), creador de la Logoterapia (la terapia centrada en el sentido de la vida), el vacío existencial es una nueva manera de padecer en nuestra época. Es una cuestión existencial que responde a la constatación de una falta de sentido. Es una manera de decirte a ti mismo que llevas mucho tiempo desconectada de aquello que realmente que realmente tiene sentido para ti.

¿Cómo revertir este proceso?

Para conseguir revertir el vacío, debemos encontrar un sentido vital, hallar un para-qué-vivir.

La respuesta de Frankl sobre cómo encontrar sentido viene a través de los valores vivenciales. Los cuales éste define como aquellas situaciones donde descubrimos lo que el mundo nos da todo el tiempo. Es un ejercicio consciente de elección el volver visible estos valores y situaciones. Hay millones de valores vivenciales qué descubrir para afrontar el vacío existencial. Las relaciones sociales, vínculos afectivos, el contacto con la naturaleza, los placeres diarios, etc.

Los otros valores que dan sentido a la vida son los creativos. Aquellas cosas que hacemos y que damos al mundo. Es fundamental darte cuenta de lo hábil que eres para muchas cosas que haces a diario.

Y aunque no lo parezca, para Frankl, el valor de la actitud en medio de una situación dolorosa, es el sentido que más aporta a nuestras vidas.

Por lo tanto, el Sentido se descubre a través de:

– Hacer o crear.

– Viviendo o amando algo o alguien.

– Experimentando situaciones desesperadas. Tocando fondo en su existencia.

En esta obra de Albert Gyorgy, artista plástico y escultor nacido en Lueta (Transilvania -Rumanía-) aunque perteneciente a la minoría húngara, creó en 2012, nos intenta representar escultóricamente la sensación de vacío.