Como especie, procedemos del ecosistema marino, pero parece que hemos olvidado cuidar este espacio tan importante para la vida humana.

El mar es una de las fuentes más importantes de oxigeno que tenemos disponibles y captura y almacena el 50% del total de emisiones de CO2 que genera cada año el sector transporte en todo el mundo.

Regula la temperatura de la tierra: los océanos absorben el calor que desprenden los continentes, reduciéndolo así de la superficie.

Además de ser el hogar de miles de especies que ayudan a mantener el equilibrio del ecosistema en la tierra.

Pero estos recursos no son inagotables y muchas veces nos comportamos como si así lo fuera.

Los océanos otorgan muchos beneficios a la especie humana, pero está claro que no les devolvemos equitativamente toda esta ayuda.

Necesitamos hacer todo lo posible para preservar el medio marino y proteger las áreas más vírgenes del mar.

Tal y como dice la escritora danesa Isak Dinesen “todo se cura con agua salada: con sudor, con lágrimas o con el mar”.