Imagina que tienes un gigante encima de ti que te repite constantemente «no puedes, no sabes, no eres capaz»; seguramente no podrás, o dejaras de intentarlo.
Hay una frase que repito mucho en terapia que dice «cuidado con lo que te dices porque te lo puedes creer» .
Posiblemente es una voz que un día fue externa (alguna persona significativa que te lo decía de forma directa o sutil), hasta que esa voz se interiorizó y te acompaña como tu sombra.
Por suerte estas voces o mensajes se pueden trabajar en terapia. Se pueden plantear diferentes posibilidades como conseguir acallarlas, bajarles el volumen, aprender la intención positiva (para qué está, la función que procura cumplir) y trasformar la forma en que lo trasmite. Dar más voz a otra parte de ti que confía en tus recursos, trabajar las heridas abiertas…. Cada persona es única y tendrá necesidades diferentes, esto quiere decir que lo que se trabaje en el proceso terapéutico y cómo se construye en la sesión junto con la persona implicará siempre matices distintos.
Un recurso útil
Un primer consejo para empezar esta semana sería repetirte un mensaje para contrarrestar este dilapidante:
Cada vez que te digas «no puedo», podrías decirte algo así como ; «No puedo, menos cuando puedo»; si te dices, por ejemplo, «qué torpe soy», puedes decirte: «soy torpe, menos cuando no lo soy».
Interiorizar esto puede ser un pequeño (o gran) paso para cambiar la forma en como te hablas.
Eva Aguilar
Psicóloga