¿Qué son las técnicas vivenciales?
Las técnicas vivenciales tienen su origen en la terapia Humanista Gestalt pero actualmente son muy utilizadas independientemente de la corriente psicológica. Como su nombre indica, estas técnicas nos ayudan a vivenciar una situación donde las sensaciones y emociones son las protagonistas dando lugar a una mayor toma de conciencia y la integración de la experiencia.
Las técnicas vivenciales pueden utilizarse para facilitar que la persona conecte con la experiencia problemática a nivel emocional y corporal permitiéndose expresarse de forma verbal, corporal y emocionalmente. No podemos cambiar nuestro pasado, pero si orientarnos a un futuro con las experiencias identificadas y organizadas para tener estabilidad y calidad de vida. Estas técnicas ayudan a tomar conciencia de las partes no integradas de la situación vivenciada para darle un nuevo significado a la experiencia de un modo más sano, ampliando la perspectiva de dicha situación y abrir nuevas posibilidades de responder y actuar ante ella.
¿Por qué salir del ámbito verbal en psicoterapia?
En la mayoría de terapias lo que se busca es un cambio en las estructuras internas. El aprendizaje de una forma diferente de relacionarnos tanto con nosotros mismos como con nuestro entorno, que nos permita ser lo suficiente flexibles para modificar esquemas y nos permita crecer y adaptarnos.
Ampliando la consciencia, tanto del problema como de nuestras propias habilidades, las técnicas vivenciales nos ayudan a explorar y a ser conscientes del problema para poder acceder a nuevas estructuras más adaptativas.
La ventaja clave de este tipo de técnicas frente a otras metodologías cognitivas es que se activa la emoción, la gran responsable en la formación de significados que le damos a las experiencias. Las emociones sirven para protegernos y adaptarnos a nuestro entorno, ayudándonos a sobrevivir anticipándonos e interpretando la realidad. Las emociones nunca aparecen solas, vienen acompañadas de pensamientos y respuestas físicas por lo que debe haber coherencia entre ellas. Las técnicas vivenciales nos ayudan a acercarnos a estas experiencias o situaciones de una forma diferente y permiten que expresemos contenido interno que sería fácilmente bloqueable en otras situaciones.
En resumen, la función principal de las técnicas vivenciales es la de facilitar la expresión de sentimientos, emociones y palabras para reflexionar, aprender y cambiar, así como ayudar a construir nuevas formas de entender y abordar los conflictos personales.
La silla vacía es quizás la técnica vivencial más conocida y utilizada, por su efectividad y facilidad a la hora de utilizarla. El objetivo principal es generar un diálogo emocional con una persona importante o con nosotras mismas imaginando que se encuentra sentada en otra silla distinta. Como otras técnicas vivenciales, ayuda a ver la situación desde una posición distinta y así encontrar otras posibles maneras de gestionar la problemática, así como la comprensión de una misma o de la otra persona.
Otras técnicas como la integración del ciclo vital (ICV) o la desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares (EMDR) son técnicas muy útiles para ayudar a crear nuevas pautas, habilidades y sanar las vivencias traumática.
Debemos ser conscientes de que la terapia no solo son las técnicas que aplicamos. Que una técnica funcione o no depende de muchos factores, cada terapeuta deberá valorar cuándo y cómo aplicar dicha técnica adaptándose a la necesidad del paciente.